Hay dos cosas que hacer en Tumbridge Wells: trabajar y echar la chela. Al parecer incluso puedes trabajar mientras bebes cerveza, pero no beber cerveza mientras trabajas. Compleja paradoja que espero entender en el futuro.
En los hoteles, por ejemplo, no existen las "salas de espera" y me atrevería a asumir que sucede lo mismo en el resto de la isla, incluyendo el sumamente contrastante y extenso país de Gales. A diferencia del resto de los mortales que hemos sido indoctrinados para ignorar a los que nos acompañan en estas propiamente bautizadas salas, aquí... empedan. ¿La famosa puntualidad inglesa? Otra mentira! La realidad es que tienden a llegar media hora antes de que tú salgas con tu cara de retrasado - temporal e intelectual - con el propósito de echarse una cervecita.
Anoche por ejemplo, cuando baje a esperar a que llegaran por mí - con 10 minutos de anticipación - encontré a Tim y Kevin echando la chela! Discutimos la Guerra de las Malvinas. Al parecer la historia argentina de David y Goliath está sumamente sesgada. El barco militar inglés más grande e imponente era un crusero.... pintado de gris (esto es real). Salimos de aquí a cenar comida típicamente inglesa, es decir, comida tradicional de la India. En el auto de regreso esperaba ansiosamente mi privada visita a la silla de las revistas hasta que noté que no me iban a dejar ir así de fácil. Se bajaron a tomar cerveza en el pub de mi hotel. En un trago olvide mis necesidades digestivas y hacía explotar mi discreta risa; de lo mas divertidos estos blokes.
En fin, es mi última noche en Tumbridge Wells y me dieron la tarde libre. Lo único que podía hacer era ir a un extraño centro de espectáculos montado en una antiquísima iglesia a ver El Orfanato o buscar algo para cenar. Hice lo segundo. Pizza y, claramente, chela. Cené con Joseph Heller y fui atendido por una agradable y eficiente chica y un insufriblemente simpático mesero. Curioso, amigable y risueño... pensé en seis maneras distintas de matarlo con lo que tenía en la mesa.
Terminé la velada con una caminata alrededor del parque que está frente a mi hotel. Al parecer la moda entre los polacos es irse a las banquitas a beber mientras escucan techno en una bocina barata. Terrible manera de arruinar una campirana y nostálgica caminata nocturna. En fin. Adios al Royal Wells Hotel, a mi 4 post bed, a mi tina victoriana de mármol verde y al WiFi gratis....
Mañana vuelo a Munich y a estudiar a los bábaros. Auf wiedersehen!
PD. El Kevin es gay! Con todo y que bebe como cosaco, anoche a las chelas trajo a un "amigo" cuya mano derecha estaba vendada como consecuencia de una sangrienta pelea con un Yorkshire. Bitch fight!
Foto 1. Mi baño Victoriano
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2 comentarios:
pancho..que diga poncho
yo también estuve en tumbrige wells...(que rara la coincidencia)tengo una amiga inglesa de sangre y familia chilena, viven ahí.
estuve unas noches antes de navidad en el 2004..y me llevaron a una pub de ese pueblito, que era un teatro antes...
Luego en df conocí a un ingles del norte y me dijo que tumbrige wells era bien fresa...buuu.
Guey que envidia que comes con yossarian y major major major. que divertido. Aquí está un >http://lofstiler.blogspot.com/2007/07/catch-22.html
blast from the past
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