Tengo miedo

Hay gente que le tiene miedo a las alturas, a las arañas, o a la muerte o al rídiculo. Otros que le temen al infierno o a los lugares cerrados o a los abiertos. Es más, conozco una chica que le aterroriza todo lo que tenga alas! ¿Yo? Yo le tengo miedo a los pueblos asustados.

Cuando vi a la distancia a mi confiable y perspicaz repartidora de periódicos en su distintivo traje naranja nunca pensé que la noticia que me daría hoy arruinaría la santa felicidad de mi Viernes Godinez. "El DF un Big Brother" lee la primera plana de Publimetro:

Planean que todas sus calles sean vigiladas por un circuito cerrado. En poco tiempo, los movimientos de los habitantes de la capital serán vigilados totalmente...en menos de cuatro años no habrá una zona de la metrópoli que no sea escudriñada por una cámara...la cultura de los capitalinos cambiará, al entender que todas sus acciones serán vigiladas...

Me sentí anonadado: un criminal cualquiera, un vándalo callejero, me sentí ofendido.

Cuando llegué a la oficina, comenté el tema. "Pues si no haces nada malo ¿qué te importa?" dijo un amigo. "Que bueno", dijo otro, "en Nueva York eso fue lo que corrigió el crimen. Si hay algo sospechoso, llega un policia con una metralleta super rápido". ¡Ah cabrón! ¿para qué una metralleta? ¿quién juzga qué es sospechoso? ¿y nuestra privacidad? ¿nuestro derecho de libre tránsito? ¿no se sienten como presidiarios? ¿qué no el mero hecho de sentirnos observados nos despierta del más placentero y profundo sueño? Se formó un nudo en mi garganta: mi país vive sumido en el miedo.

Incomprendido, me moví a mi servicio de mensajería instanánea: "Ay wey como si no hubieras ido a paises q hay camaras y asi y a todos los tienen bien checados y pus no mas te portas bien en la calle y [en privado] haces lo q quieras"... Me queda clarísimo, la desobediencia civil es tan antigua como la sociedad misma. Pero no se trata de portarme bien o mal. Se trata de ser tratado como un adulto. Se trata de mis libertades civiles y de mi derecho a la privacidad. Poco a poco los gobiernos del mundo se han ido comiendo nuestro rango de libre acción con métodos de vigilancia que se supone deben hacernos sentir más seguros.

Our World is being peer-pressured by frightened
Middle-American mothers.

Hace un par de semanas anoté esa frase en el cuaderno que guardo en la guantera de mi coche; hoy me dije "te lo dije". Los líderes de nuestros países están haciendo todo lo que hacen los gringos y los gringos están haciendo todo lo que piden las asustadizas y mojigatas cuarentonas del centro de Estados Unidos. La tendencia debería ser hacia más educación, menos gobierno y más libertad. Pero es hacia más apendejamiento de las masas, más vigilancia y más vigilancia y mas vigilancia.

Para los gobiernos cerrados que hemos creado, todos somos culpables y el único crimen es que te agarren. (Hunter S. Thompson)

1984. Brave New World. Farenheit 451. V for Vendetta.
Orwell. Huxley. Bradbury. Moore.

Deberían ser lectura obligada para todos los pubertos del mundo. Abajo leerán como se sentía Winston Smith (el personaje principal del 1984) de ser observado todo el día:

"It was terribly dangerous to let your thoughts wander when you were in any public place or within range of a telescreen. The smallest thing could give you away. A nervous tic, an unconscious look of anxiety, a habit of muttering to yourself—anything that carried with it the suggestion of abnormality, of having something to hide. In any case, to wear an improper expression on your face… was itself a punishable offense."

Ben Franklin dijo que aquellos que sacrifican su libertad por su seguridad no merecen ninguna de las dos. ¿Qué hago? ¿Comprar un rifle y subirme al monte? No creo que estemos para eso todavía... TODAVÍA.