viernes, 21 de septiembre de 2007

las abuelas y los crucifijos

Hoy hablé con mi abuela, es una mujer sumamente distinta a mi. Lloró el día que le dije que soy ateo.

Para ella los gringos hablan inglés porque construimos la Torre de Babel y no entiende bien que pedo con los dinosaurios "cómo que no había gente?!"... es bien raro, pero ella me hace recordar que los rituales religiosos que valen la pena; hay que ver más alla de la superstición:
  • Es fascinante que durante una ceremonia dominical llena de sangre, muerte y zombies, la gente se tome un par de minutos para desearse, simple y llanamente, paz
  • Si al día del perdón (Yom Kipur) le quitas el golpe de pecho... que sano pasar un día al año haciendo un examen de conciencia para no repetir tus malas movidas
  • Cada que se le desea a alguien que Dios te bengida hay que entender que es un pasala chido con un toque solemne. No conmoverte es no reconocer la humanidad de los demás.

Lo malo es que nos hacen olvidarnos de lo más preciado que tenemos: nuestra razón. ¿Quién dijo que la fe ciega es una virtud? Soy fan de santo Tomás.

1 comentario:

Salvador Alvarado dijo...

Aprendamos algo de los ticos, "pura vida".