Ayer en el comedor, al tiempo que deglutíamos unas sabrosas albóndigas al chipotle, se armó una interesante discusión sobre el derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar y criar niños. Las opiniones fueron muchas y muy diversas: unos hablaron de la importancia de las figuras paterna y materna sobre el desarrollo del infante; otros sobre el estigma social que tendría que enfrentar un niño buga con padres maricas; se dijo también que hay muchas parejas heterosexuaes con tal nivel de psicosis que se les debería prohibir tener hijos; se opinó, por otro lado, que poco tiene que ver la preferencia sexual de una persona en su capacidad para dar amor o educar a los que lo rodean....
El tema de este post, sin embargo, no es la exitosa conclusión de dicha disertación; el tema de este post son los modales. En uno de los más cálidos momentos del debate, alguien nos recordó que es de mal gusto discutir temas en los que el acuerdo es complicado. Nos han enseñado desde pequeños, desde que tuvimos nuestros primeros pensamientos críticos, a alejarnos de los temas polémicos. Estamos condicionados a tal punto que continuar con la rebatinga ideológica fue poco frúctifero por más que lo intentamos.
¿Por qué no podemos hablar de estos temas? Para mi la religión y la política son las cosas que más deberían discutirse; debería ser de mala educación NO hablar de estos temas en la mesa! Son las cosas más importantes que ocupan la mente humana: la primera se refiere a nuestra concepción del Universo - sea este terrenal o metafísico - y la segunda se ocupa de la manera en que organizamos las sociedades en las que todos y cada uno de nosotros vive. Sin embargo se nos reprueba socialmente por discutir la fe o ideas políticas de los demás.
Es mi parecer que la manera más eficiente y pacífica de lograr el progreso cultural de la humanidad es precisamente la discusión. La dialéctica nos dice que la manera en de avanzar es que a una idea predominante (tesis) se le presenta una idea opuesta (antítesis) y, en el choque de ambas, se genere una tercera (síntesis) que representa, precisamente, nuestra mejoría como especie o el progreso histórico de la humanidad.
Traté de explicármelo: Vivo en una sociedad que le tira al ideal demorático occidental. Nos jactamos de basar nuestra interacción social en la libertad individual y la tolerancia.. ¿Por qué apreciamos tanto dichos valores? Porque a lo largo del desarrollo social de Europa y sus colonias, las diferencias ideológicas de política y religión - seguramente discutidas en la mesa, (aunque no se si ante un plato de albóndigas al chipotle) - ocasionaron tales desacuerdos que no hubo camino de solución que no fuera la guerra. La política y la religión se convirtieron en temas privados. ¿Está claro? No discutimos lo importante porque:
A. Terminamos peleados
B. Cada quien su pedo
Entiendo. No apruebo. Si bien en la prohibición de la polémica (rezagada ahora sólo a DeporTV) hemos descubierto la paz, tambien hemos diseñado nuestra propia decadencia. Si no hablamos de lo que importa, nunca generaremos las ideas sintéticas que resuelvan nuestros problemas.
En lugar de educar a nuestros niños a no discutir para no pelear, deberíamos enseñarles a hacerlo de manera adulta y responsable. Sería tan fácil como 1,2,3 - escucho, pienso, hablo. ¡Recordemos el arte de escuchar! Olvidemos esa asquerosa costumbre de simplemente esperar a que los demás terminen para que repetir cual pericos la idea que nos fue programada.
Ponerle un tabú a la gente que cuestiona, es castigar a los que piensan de manera independiente, es encarcelar las mentes que pueden sacarnos del hoyo. Millones de personas han muerto en el pasado para que podamos gozar de nuestra libertad... no puedo concebir un peor insulto que dejar de hablar de lo que nos heredaron.
miércoles, 12 de marzo de 2008
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3 comentarios:
Es de mal gusto criticar el comportamiento social en blogs (Carreño, Manuel. "Protocolo y Etiqueta en Línea". 2006. Capítulo VII Blogging)
jajajajaja
a que buena onda el dude.
jaja
pero por lo menos nos dejó saber quien es.
jaaja.
yo soy de las tuyas javiero, no se deje.
No se ponch, no se si ya es tan conveniente discutir, revueltos en esta masa atomizada y disociada de las persona para formar un monolito de engreimiento y estupidez colectiva, en donde si fumas una vez marihuana te vuelves loco y juan gabriel es el mejor compositor mexicano. Creo que Sócrates pensó la dialéctica como un instrumento educativo para que algunos sabios adultos expandieran las mentes (not the anuses like the romans) de los jóvenes ridiculizando sus ideas pueriles. No es que ahora no este de acuerdo, pero ya debe ser como esa secta que proponías en otros posts donde algunos jóvenes tenemos que ridiculizar a nosotros mismos… así discutiendo al chile, solo te va a llevar a encontrar que hay miles y diversas maneras de que te digan Yo mamma!
Ídolo midi.
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