El camino de la paz es el camino de la Tierra.
Somos las huestes de la segunda Revolución Agricultural. Hemos venido a liberar a los Hombres y a la Tierra del yugo de la Máquina. Hemos venido a traer la paz. Regocijaos!
Nuestro objetivo conjunto es la paz y la felicidad no la eficiencia y ni la riqueza.
Dejemos de tratarnos como máquinas. No debemos pensar, por ejemplo, que tenemos botones de ENCENDIDO capaces de finalizar periodos de descanso y contemplación de manera inmediata. Comer bien es más importante que comer rápido. Somos hombres y mujeres.
Liberémonos de los frutos de las máquinas. Si eres lo que comes y lo que te rodea ¿prefieres ser un arbol o un engrane?
Liberemos a la Tierra de la Máquina. Trata a la Vida con respeto y atención. Siempre maravillados. Cuida lo que viene de la Tierra. Una vaca perpetuamente embarazada es algo antinatural.
Conquistar a la Máquina. USARLA. Esclavizarla a la voluntad de la Vida. Darle propósito. Diseñarla.
Domesticar al dinero. Detener su salvajismo. Convertirlo en un aliado.
El Hombre es bueno. Solo así logro explicarme nuestra histeria y depresión colectiva. Nos sentimos culpables. Nos sentimos impotentes. Nos sentimos avergonzados.
Ricos y pobres sufren la hamburna. Unos por escasez otros por enfermedad. Nos sentimos poco adecuados.
Busquemos la eficiencia. Pero en pro del ocio y la belleza no por el crecimiento pecuniario. El dinero ya ha crecido suficiente. Regresemos la atención a la Tierra. Hay que regar el jardín.
Busquemos la suficiencia y la satisfacción. Más con menos.
viernes, 15 de enero de 2010
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